¡Cuántos intentos frustrados!, ¡cuántas
recuperaciones de peso!, ¡cuántos sistemas distintos he usado!, ¡cuántos médicos
(y a veces no médicos) he consultado!, ¡cuántas dietas diferentes he
realizado!, ¡cuántos gimnasios he visitado!, ¡cuántos tratamientos he tomado!,
¿y el resultado? La misma obesidad o
sobrepeso con el que siempre he estado… ¡si no es que más!
¿Le suena familiar lo arriba escrito?
¿ve en esas exclamaciones un reflejo de
usted mismo(a)? Bueno, sientase mejor,
eso le sucede al 80% de las personas que inician un régimen para tratar de
adelgazar, o sea que de diez que lean este escrito, ocho se verán reflejados en
estos comentarios. Obviamente como dice
más o menos un refrán, el mal de
muchos no tiene por qué ser consuelo de otros, pero ¿tiene que ser así? O sea ¿es inevitable fracasar al intentar
adelgazar? Por supuesto que la respuesta
es un tajante y contundente NO. No tiene porque ser el fracaso la norma en un
régimen reductor y de hecho no lo es, porque aunque fuese el 1% quien logra la
meta, la posibilidad existe, y aquí no hablamos del 1 por cada 100, sino de 20
por cada 100 según estadísticas. ¿Por
qué no ser usted uno de esos veinte? ¿Qué
secreto tienen esos veinte que no tienen los otros ochenta? ¿acaso tienen una
varita mágica? ¿acaso poseen un zipper
invisible que cierra sus bocas cada vez que ven un delicioso helado? ¿ponen algun santo de cabeza? ¡por supuesto
que no! Ellos tienen algo en común que
no depende de su sobrepeso, ni de su edad, ni de su genética, ni de su ecomomía,
ni siquiera de su fuerza de voluntad o de su apego total al régimen, tienen constancia, esa es la clave, esa es la
carta bajo la manga que ocultan estos triunfadores, porque podríamos decir que
ser perseverante ayuda, pero una perseverancia intermitente de una semana
comiendo sano por tres meses comiendo basura (comida chatarra) nunca nos
ayudará y le podrás preguntar al paciente y te dirá: yo soy perseverante…
¡tengo 20 años intentándolo!, esa perseverancia no nos sirve de nada.
La constancia en acudir a sus citas
siempre, en volverlo a intentar, pero día a día, no intentarlo siete días y
dejarlo siete meses, en enfrentar los hechos en cada sesión, en afrontar lo que
se presente de acuerdo a lo que se hizo, obviamente no se trata solo de asistir
a consulta y despues salir corriendo por una pizza, se trata de hacer todo lo
posible de acuerdo a sus posibilidades pero siempre acudiendo a su siguiente
cita, siempre diciendo aquí estoy para responder por lo que hice o dejé de
hacer en la semana. En mis quince años de atención al paciente obeso, esa ha
sido siempre la regla, no hay secretos, sólo sea constante y pasará de la fila
de los ochenta al selecto número de los veinte, los resultados tendrán que
venir porque serán la consecuencia de haber cambiado sus hábitos
permanentemente.
Estimado paciente, el compromiso de
esta constancia no es conmigo, el médico tratante, ¡es con usted mismo! Amese
lo suficiente para dejar de comer la basura que nos venden adornada con bellos
colores, tentadores olores, adictivos sabores, pero que no deja de ser basura
para su cuerpo y para su mente, dese un tiempo y reflexione, no tiene por qué ser de esos ochenta que cargan su sobrepeso hasta que éste termina de forma
prematura con su salud, decidase a iniciar nuevamente el sendero del buen
comer, cuesta, pero vale la pena y si en su elección quiere visitarnos
nuevamente, sepa que en NutriZen siempre tendremos las puertas
abiertas, esperando su regreso.
Dr. Javier Gutiérrez Ornelas
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