30 septiembre 2011

Confianza

Para abordar correctamente el manejo de un trastorno en nuestra salud, es necesario contar con las bases firmes de un sistema profesional, más aun si este trastorno es uno provocado por  múltiples factores, lo que lo convierte en un verdadero reto tanto para el paciente como para el personal de salud tratante.

Lo antes mencionado es totalmente válido para el abordaje de la obesidad, trastorno de múltiples causas donde se entrelazan unas con otras, dando como resultado una madeja de situaciones y obstáculos que dificultan su correcto manejo.

De tal manera es de suma importancia revisar de forma detallada y profunda el sistema que decida elegir para iniciar el camino a su reducción.  Es vital analizar sus bases, su filosofía, sus estrategias de manejo, el compromiso, la experiencia y la capacitación del personal que se responsabiliza en asesorarlo en este serio compromiso de salud, y una vez ya analizados estos datos y haber encontrado el sistema que más garantías le brinde, es conveniente entregarse psicológicamente a este sistema, o sea depositar de forma completa su absoluta confianza.

La confianza en el terapeuta, en el médico o en equipo de trabajo donde será tratado, es una herramienta imprescindible para lograr alcanzar su meta, ya que sin una confianza plena primero en usted mismo, saber que puede lograrlo, y segundo en el personal que le apoya, será un camino casi destinado al fracaso.  Obviamente no se trata de una confianza ciega, sino de una confianza inteligente, razonada en el análisis inicial y en el análisis continuo al ir cumpliéndose los preceptos ofrecidos cuando se comenzó el proceso de reducción.

Esta confianza depositada sabiamente, será el mástil del que se sostengan las velas de sus esperanzas, de sus ilusiones, de sus proyectos, mientras que llega a la meta de alcanzar su peso ideal.  Así que le invitamos a que use toda su sabiduría para elegir el sistema más serio y comprometido en el apoyo para lograr su objetivo y una vez que lo encuentre, entréguese plenamente a él para hacer más llevadero y tranquilo su andar en el sendero que le conducirá a su peso sano.

A colación viene este pequeño relato donde dos pájaros posados en una rama, veían como un caracol avanzaba muy lentamente sobre el tronco de un cerezo, al verlo, burlándose le gritaron: -“¡Hey tonto! No estamos en temporada de cerezas”… a lo que el caracol tranquilamente contesta: -“lo sé, pero ya lo estaremos cuando llegue hasta las ramas”… esa es confianza.


Dr. Javier Gutiérrez Ornelas

26 septiembre 2011

Actitudes para adelgazar

Además de practicar ejercicio y seguir una dieta equilibrada, muchas veces la clave del éxito reside en realizar un cambio de actitud para conseguir disminuir peso en forma definitiva.   Nunca subestimes el poder de tu mente.  Reflexiona acerca de las actitudes que te ayudarán a alcanzar tu meta de perder esos kilos que te sobran.

La comida no es el enemigo. Cuando nos ponemos a dieta es frecuente que nos obsesionemos con la cantidad de calorías que ingerimos por lo que al final percibimos al alimento como "enemigo".   Sin embargo esta conducta es contraproducente para tu plan de bajar de peso.  Procura adoptar una actitud más sana apreciando la comida como fuente de energía y placer.

Desea cambiar.  Cuando alguien no se siente conforme con su cuerpo no debes culparte.  Lo importante es aprender a sacar provecho de esa situación y actuar para modificarlo.

Tómalo con calma.  No existen resultados rápidos para la pérdida del peso corporal.  Por lo tanto, desde un inicio debes saber que será una tarea complicada pero no imposible.  Los cambios de actitud llevan tiempo, pero si los consigues mejorarás tu calidad de vida.  Evitarás cometer errores que podrían ser perjudiciales para tu salud y alcanzarás tu peso ideal.  Pero lo más importante es que te será más sencillo mantenerte estable.

Busca estabilidad emocional.  Los desequilibrios emocionales son perjudiciales para la salud, pero también lo son para lograr el peso ideal.  Es casi imposible adelgazar cuando no se tiene motivación, muchas veces por un estado depresivo, o bien es fácil aumentar rápidamente de peso a causa de situaciones que generan ansiedad.

Busca apoyo en tu entorno.  La familia y los amigos siempre van a estar ahí para ayudarte.  Para que tu dieta tenga buenos resultados es importante la colaboración de aquellos que te rodean.  Sentirte respaldado te dará la confianza necesaria para no cometer errores y para sostener tu decisión de adelgazar.

Acude a un profesional.  Quizá sea la mejor alternativa para los que ya lo han intentado varias veces y han fracasado en el intento de adelgazar.  Toma la decisión de iniciar una dieta para disminuir de peso de manera responsable.  Consulta con un especialista para que juntos analicen el régimen alimenticio que mejor se adecue a tu estado, y te dará las recomendaciones más saludables para perder peso y no morir en el intento. 

En NutriZen queremos ser ese apoyo para ti, tenemos un equipo preparado para ayudarte en ese proceso de volver a tener un peso sano y una imagen ideal.  La decisión está en ti.


21 septiembre 2011

La reflexión

En el camino hacia un peso sano, son múltiples los obstáculos que encontraremos, pero también son muchas las herramientas que podemos emplear para sortearlos con éxito y una de ellas es la reflexión.

Se dice ya tradicionalmente que “si las cosas que valen la pena se hicieran fácilmente, cualquiera las haría” y esta frase nunca podría ser mejor aplicada que en nuestra búsqueda por alcanzar nuestro peso ideal, porque ¿qué actividad que emprendamos, puede valer más la pena, que aquella que nos lleva a mejorar nuestra salud como objetivo primordial, y a mejorar nuestra imagen como premio agregado? Cualquier otra meta o actividad que nos tracemos ya sea laboral, deportiva, artística, educativa, de desarrollo humano o incluso espiritual, requiere sostenerse en una salud radiante, de otra manera poco será el tiempo en que lo que hayamos construido se derrumbe.

Pero para continuar la frase, “…si se hicieran fácilmente…”, no existirían personas obesas o con sobrepeso, en este punto debemos de ser realistas, no pesimistas ni mucho menos fatalistas, debemos ser conscientemente maduros para aceptar que perder peso y sobretodo mantener dicha pérdida, no es tarea sencilla, requiere disciplina, paciencia, perseverancia, confianza, madurez y sobretodo un cambio permanente en los hábitos alimenticios y de nuestra actividad física.  Sin estos elementos, “…cualquiera las haría”.

La gran paradoja de esta frase, empleada de forma específica en el control de peso, es que, ¡cualquiera puede hacerlo!, cualquiera que se decida a seguir el camino correcto alcanzará su peso sano, y aunque la solución está al alcance de todos, no todos quieren tomarla.  Además el afirmar que todos los que lo intenten seriamente pueden lograrlo, se basa en que tener un peso sano, ES nuestra verdadera naturaleza.  Si armonizamos nuestra ingesta alimenticia con nuestra energía metabólica, el resultado invariablemente será la obtención de un sano peso corporal y estaremos regresando a casa, estaremos regresando al estado de salud óptima con el que fuimos creados y del cual nos alejamos al ingerir más de lo que necesitábamos.

Así que en la primera oportunidad que usted tenga, haga un alto en el camino, siéntese cómodamente y reflexione utilizando esta ya tan conocida frase: “si las cosas que valen la pena se hicieran fácilmente, cualquiera las haría” y pregúntese sincera y profundamente: ¿puedo hacer hoy, por mí, lo que más vale la pena?

Indudablemente su sabiduría profunda, esa que siempre existe cuando le damos la oportunidad de manifestarse, responderá favorablemente y podrá entonces reiniciar o comenzar ese camino que aunque no está tapizado de rosas, si persevera en él, le brindará los frutos de una salud radiante y una imagen envidiable.  Así que el problema (el sobrepeso) está en usted, pero la solución (emprender un sistema serio para adelgazar) también está en usted, y cuando nosotros somos el problema, y también somos la solución, es suficiente con tomar la mejor decisión, iniciar lo más pronto posible nuestro camino y la meta no estará muy lejos de ser alcanzada.

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas



19 septiembre 2011

El poder del hábito

Los seres humanos somos la única especie sobre la tierra dotados de intelecto, este es nuestro sello distintivo, este intelecto nos ha permitido sobrevivir en condiciones adversas, sin las garras, las fauces o la fuerza bruta de las bestias, nos ha permitido resistir el frío sin pelaje, usando nuestro intelecto para fabricar ropa, nos ha permitido surcar el aire sin alas al inventar los aviones, nos ha permitido infinidad de ventajas que los otros seres vivos no poseen.
Para que este intelecto pueda desarrollarse, debe estar sometido a una serie de características internas que le permitan lograr una adaptación a su medio ambiente, sin las cuales sencillamente no lograría ninguna interacción exitosa, estas características propias del intelecto y que a fin de cuentas lo definen, como la memoria, la capacidad de aprendizaje, la capacidad interpretativa, la capacidad argumentativa, etc. son completamente necesarias para lograr tanto la adaptación como la evolución de los seres humanos.

Sin embargo, de entre estas características cognitivas o propias del intelecto, existe una que, aunque es necesaria y muy favorable, constituye uno de los principales obstáculos para lograr la pérdida de peso definitiva: El hábito

Si bien es cierto que el hábito es totalmente necesario para poder “dejar en el archivo” acontecimientos pasados y repetidos que enfrentaremos constantemente y que al volverse habituales permitirán enfocar nuestro aprendizaje en situaciones nuevas, cuando ese hábito está en oposición a nuestra salud, se vuelve un enemigo difícil de vencer.

Y esto es precisamente lo que sucede en toda aquella persona que hoy presenta un exceso de peso corporal, dicha persona formó hábitos alimenticios en oposición a su salud, por tal motivo es necesario estar totalmente conscientes que para lograr una pérdida exitosa y permanente de peso, debemos también cambiar nuestros hábitos alimenticios de forma permanente, por eso se fracasa repetitivamente al iniciar una dieta, esto no le sucede solo a usted, le sucede a todo aquel que no comprenda la fuerza del hábito, ya que como dijo el poeta y dramaturgo francés Georges Courteline: “cambiamos más fácilmente de religión, que de café”

 ¿Por qué es tan importante saber esto con respecto al hábito? Porque así sabrá que usted no fracasa por debilidad, así no se sentirá culpable ni deprimido por caer en tentaciones, recuerde: el hábito es difícil de vencer, esto, obviamente, pudiera ser usado como justificante y decir: “no fracasé yo, fue mi hábito” y darse por vencido definitivamente. Por tal motivo es importante que también lea esto: todo hábito puede ser modificado cuando, quien lo presenta, lo intenta seriamente. Dicho cambio está demostrado científicamente por medio de la neurociencia: si usted tiene un hábito erróneo en su alimentación y en su vínculo psicológico con los alimentos, puede modificarlo a su conveniencia al insistir en realizar los cambios necesarios de forma intencionada, hasta que finalmente sustituyan a los viejos patrones que le provocaban su exceso de peso y de ser un cambio intencionado, pase a ser un nuevo y mejor hábito.

Por tal motivo termino este escrito con la frase del novelista y cuentista estadounidense Nathaniel Hawthorne, “el hábito puede ser o el mejor de los sirvientes o el peor de los amos”, eso, depende, solo de usted.

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas

09 septiembre 2011

La paciencia en su camino a la reducción

Muchos factores internos y externos influyen de forma directa o indirecta, de forma favorable o desfavorable en nuestra intención de alcanzar un peso sano, pero de todos, el que indudablemente cobra gran relevancia es la paciencia.
Estadísticamente se puede comprobar que la falta de paciencia para ver reflejados los resultados de un plan alimenticio, es una de las principales causas en el abandono del sistema.
Para adquirir una serie de antídotos mentales para la falta de paciencia que se pudiera presentar durante el desarrollo del sistema, creemos prudente considerar lo siguiente:
· Reducir de peso es uno de los proyectos más importantes para adquirir una salud e imagen radiantes, considere que la obesidad es causa directa o indirecta de muchas enfermedades (diabetes, infarto, algunos tipos de cáncer) y que siempre se puede alcanzar la meta.
· Todo proyecto importante (carrera profesional, formación de un patrimonio, nacimiento y educación de un hijo) requiere tiempo, ningún proyecto sólido se ve cristalizado de la noche a la mañana, así mismo, alcanzar el peso deseado es también un proyecto y de los más importantes, ya que solo estando sanos, podremos disfrutar plenamente cualquier meta lograda.
· Así como la obesidad no se adquirió de la noche a la mañana, tampoco la reducción puede lograrse en un abrir y cerrar de ojos. El metabolismo tiene sus pautas y debemos respetarlas, por lo tanto para que sea permanente una reducción debe estar en armonía con nuestro organismo.
· Si construimos apresuradamente un edificio, sin tener firmes cimientos, se derrumbara tarde o temprano (generalmente más temprano que tarde), de la misma forma, si no tenemos la paciencia suficiente para alcanzar una reducción sana y queremos recurrir a atajos, el peso se recuperara invariablemente.
· No existen las reducciones mágicas, toda reducción requiere de un proceso profesional y perfectamente asesorado, desgraciadamente mientras se siga pensando que existe tal o cual remedio o medicamento milagroso, solo estaremos provocándonos frustración y fomentando nuestra impaciencia.
· El mantener expectativas poco realistas aumenta nuestra impaciencia, es importante que usted solo se concentre en hacer lo que le corresponde: las indicaciones de su nutriólogo y/o médico, lo demás déjeselo al metabolismo, él se encargara de llevarle a la meta.

Finalmente le recuerdo que en su camino para alcanzar un peso sano, debe desplazarse en un carruaje seguro y una de las llantas con las que se desplaza este carruaje, se llama paciencia.

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas



03 septiembre 2011

Por qué comer rápido engorda y comer lento ayuda a adelgazar

Los expertos en nutrición y dietas para adelgazar suelen recomendar (entre otras muchas cosas) que las personas que quieran bajar de peso coman lenta y concienzudamente, pensando en lo que están haciendo.  Ahora, investigadores científicos griegos explican por qué motivo comer rápido se asocia a comer de más y, por extensión, promueve el sobrepeso.

Estos hallazgos son muy importantes hoy en día porque ofrecen consejos fáciles de aplicar para combatir el exceso de peso. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que habrá 700 millones de adultos obesos y cerca de 2.300 millones con sobrepeso para 2015. Los niños no representan una excepción: actualmente hay 22 millones de chicos menores a cinco años que ya son obesos.

Los kilos de más no son una simple cuestión de estética. Afectan la autoestima de las personas y generan un estigma social, pero también aumentan mucho el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, los problemas cardiovasculares, artrosis y distintos tipos de cáncer. Como resultado, la obesidad disminuye marcadamente la calidad y la expectativa de vida.

Los investigadores del Hospital General Laiko de Atenas ya sabían que ciertas hormonas intestinales son liberadas durante las comidas para generar la sensación de saciedad en el cerebro. El objetivo del estudio fue averiguar si la velocidad de la alimentación afecta la producción de estas hormonas.


Todos los voluntarios comieron 300 mililitros de helado a distintas velocidades. Posteriormente, se midió siete veces a intervalos de 30 minutos su nivel de glucosa, insulina, lípidos y hormonas intestinales en sangre.  Como resultado, aquellos que comieron su helado despacio tenían mayores niveles de hormonas intestinales y se sentían más satisfechos.

Los investigadores concluyeron que comer demasiado rápido disminuye la liberación de estas hormonas. Como consecuencia, la sensación de saciedad tarda en llegar, las personas comen más y como consecuencia suelen engordar.

Nuestro estudio arroja algo de luz sobre un aspecto del sobre-consumo del mundo moderno: las personas comen rápido por las presiones del trabajo y del estilo de vida. La vieja advertencia que nos daban de niños de que comer muy rápido nos haría gordos puede, de hecho, tener una explicación fisiológica, concluyeron.


Comer despacio es un hábito que se puede adquirir con la práctica. Para ello es importante evitar distracciones como la televisión durante la comida, siendo plenamente conscientes de lo que estamos haciendo y escuchando atentamente a nuestro cuerpo. Cuando ya no sintamos hambre, soltaremos los cubiertos y dejaremos lo que quede en el plato, pues eso no lo necesitamos.
Para corregir el hecho de comer rápido se pueden adoptar varias medidas que serán de gran utilidad. Por ejemplo, mientras comes aleja el tenedor o cuchara entre mordisco y mordisco. Colócalo en el plato y tomate la molestia de levantarlo sólo cuando hayas terminado de masticar el primer bocado.
Otra idea es compartir la hora de la comida con otra gente, conversa con ellos y así haces vida social y a la vez bajas el ritmo de tu alimentación. Además, así no estarás pensando sólo en la comida.
Si el problema es demasiado grave, puedes probar a comer con la mano que no acostumbras a usar. Es decir si eres diestro intenta comer con la izquierda, o a la inversa, así controlarás más la velocidad.