30 enero 2012

Empezando a moverse


Según estadísticas recientes las cifras de obesidad en México siguen a la alza, seguimos siendo el segundo país a nivel mundial en obesidad, solo detrás de Estados Unidos, seguimos siendo el primer país con obesidad infantil a nivel mundial y ahora se agrega un nuevo primer lugar según autoridades sanitarias: México es el país con más mujeres obesas en el mundo, donde el 34.5% de las mujeres arriba de 20 años presentan obesidad.

Por eso es muy importante iniciar un régimen alimenticio serio y bien estructurado, donde se integre de forma obligada un aumento en la actividad física en aquellas personas con obesidad pero que además sean sedentarias, situación que impera en la mayoría de las personas con exceso de peso.  Durante el año 2011, por ejemplo, los pacientes de nuevo ingreso atendidos en NutriZen fueron 652, al hacerles la historia clínica se les preguntó si realizaban ejercicio de forma diaria y la respuesta a esta pregunta fue que el 89% de los pacientes NO realizaban ejercicio y el 11% SI lo realizaban.  En este pequeño sector encuestado, podemos darnos cuenta de una realidad que impera a gran escala: NO se hace el ejercicio necesario.

Ahora bien, muchos de los pacientes dicen no tener tiempo para hacer ejercicio, entonces la pregunta es: ¿no tiene tiempo para hacer ejercicio o NO se da el tiempo para hacer ejercicio? Lo cual es muy diferente.  En muchas ocasiones nos atiborramos de carga de trabajo o compromisos y no nos detenemos a pensar que sólo 20 minutos de ejercicio moderado pueden ayudarnos a tener una mejor salud y que obviamente al tener una mejor salud, podremos ser más efectivos en nuestro trabajo y por supuesto, enfermaremos menos.

Si a un día le restamos 8 horas de dormir, nos quedan 16 horas despiertos, si a estas 16 horas las dividimos en periodos de 20 minutos, tenemos nada más y nada menos que 48 oportunidades al día de disponer de esos 20 minutos, solo es cuestión de planearlo bien y acomodarlos entre el día y si finalmente estamos tan ocupados que de esas 16 horas que permanecemos despiertos no disponemos de esos 20 minutos, baste dormir 30 minutos menos, 10 minutos para cambiarnos y ponernos los tenis y 20 para caminar a paso acelerado, recuerde la frase que dice: “es más sano ser el peor de los atletas, que ser el mejor de los sedentarios”

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas



23 enero 2012

Saber comer


En días pasados me abordó una paciente de las que atiendo en mi consulta de medicina general, paciente a la que siempre he conocido con sobrepeso pero que nunca se había interesado en adelgazar o al menos eso es lo que ella repetidamente me decía cuando yo le sugería una perdida para beneficio de su salud, en esta ocasión me dijo: - Doctor, yo no quiero que me ponga a dieta, solo quiero que me enseñe cómo debo comer.

Ante su comentario, dos ideas cruzaron por mi mente, la primera de ellas fue en relación a su comentario “que me enseñe cómo debo comer” siendo una mujer de 55 años quien según estadísticas sobrepasa la mitad de su esperanza de vida, me dice que ¡no sabe comer! O sea que ha sobrevivido más de 50 años ¡sin saber comer! Ahora, aunque esto suene absurdo, es un hecho real y bastante frecuente, porque, ¿Cuántos de nosotros sabemos cuántas calorías debemos ingerir diariamente para mantener un peso sano? ¿Qué porcentaje de cada nutriente debemos ingerir para mantener un sano equilibrio? ¿En qué alimentos están contenidos los diferentes nutrientes que necesitamos? ¿Qué combinaciones son favorables y cuáles son necesarias evitar para una correcta nutrición? ¿Qué raciones debemos manejar dependiendo de la hora del día? Y así podríamos continuar con más preguntas que nos harían ver que estamos como mi paciente de 55 años: no sabemos comer.

Si nosotros compramos un coche y no le damos el mantenimiento al motor con sus cambios de aceite y filtros cada que lo requiere de acuerdo al manual del fabricante, el motor se desgastará y se dañará antes de tiempo, su vida útil reducirá porque no sabemos cuándo hacerle su mantenimiento o no nos interesamos en realizarlo a tiempo, de la misma forma no debe de extrañarnos que nuestro cuerpo se deteriore y enferme de forma más frecuente y la vida promedio disminuya si no sabemos comer.

El segundo pensamiento fue en relación a su comentario “yo no quiero que me ponga a dieta” seguramente ella se imagina que “ponerse a dieta” es someterse a una tortura equivalente a la de un campo de concentración, esta es desgraciadamente la percepción en mayor o menor proporción  de “ponerse a dieta” sin embargo, este pensamiento no es del todo infundado, ya que existen propuestas de regímenes literalmente criminales que te ofrecen perdidas maravillosas las cuales nunca llegan o si llegan, no perduran, sin embargo ponerse a dieta es precisamente lo que esta mujer quería: enseñarse a comer, porque en el momento que sepas cuánto, qué, cómo, a qué hora debes comer, en ese momento te estarás “poniendo a dieta”.

Así que dos cosas son importantes de mencionar de acuerdo al comentario de mi paciente (quien al orientarla como me lo sugirió, ya la puse a dieta sin que lo sepa) primero, que sería recomendable invertir parte de nuestro tiempo en informarnos de fuentes serias sobre nuestra nutrición y segundo quitar de nuestra cabeza la idea que ponerse a dieta es un tormento, un castigo, sino por el contario es la forma correcta en que debemos alimentarnos.

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas



14 enero 2012

El poder del pensamiento


Cuando intentamos cambiar nuestros hábitos alimenticios, debemos preguntarnos qué es lo que realmente perseguimos: ¿queremos comer de forma balanceada para tener una mejor salud o sólo estamos “sacrificándonos” para bajar de peso? Desde este pensamiento aparentemente trivial parte nuestro pronóstico para lograr un peso saludable y sobre todo permanente. ¿Por qué?  Si analizamos un poco esta interrogante veremos la gran diferencia entre una y otra pauta de pensamiento, cuando queremos iniciar una alimentación balanceada, primero llegamos a estar conscientes que no la estamos realizando y que eso nos trae como consecuencia el sobrepeso y una serie de trastornos agregados, entonces de forma seria y madura decidimos iniciar un proceso de comer responsable y nos asesoramos e informamos sobre qué alimentos, en qué cantidad y en qué combinación debemos ingerir, en este abordaje estamos responsabilizándonos por cambiar nuestros hábitos alimenticios y eso nos conducirá a una consecuencia ineludible: un peso sano.

Si por otro lado, empezamos a suprimir alimentos que sabemos nos hacen ganar peso, como los chocolates, el pan, los refrescos, las frituras, con la intención de adelgazar, pero al dejarlos sufrimos más que si camináramos descalzos sobre las brasas y maldecimos y refunfuñamos cada que vemos un plato rebosante de lechuga, añorando las olorosas y aceitosas papas fritas entonces estaremos esperando la primera oportunidad para “dejar la dieta” y decir una vez más: “yo no sirvo para hacer dietas” pero si somos sinceros cualquiera que aborde un cambio alimenticio yendo del incorrecto al sano, como si se tratase de una manda o de un sacrificio opinará exactamente lo mismo y abortará la misión.

Por tal motivo es muy importante que antes de iniciar un cambio en su alimentación usted reflexione sinceramente en estas dos afirmaciones: “quiero realmente comer de forma sana y balanceada para mejorar mi salud y mi peso” o “necesito privarme de todo lo que me gusta (refrescos, pizza, hamburguesas, etc.) durante un tiempo para adelgazar y luego poder volver a comerlo sin problemas”. En el momento que de forma sincera, la primer afirmación se establezca en usted de manera firme e inquebrantable, estará listo para iniciar su camino hacia el peso sano y créamelo, será un camino directo al éxito, pero si es la segunda afirmación la que ronda en su cabeza, mejor espere, ya que se irá conduciendo muy seguramente a otro intento frustrado o en el mejor de los casos a un intento en el que sí alcance la meta pero de forma fugaz o pasajera.

Ese es el poder de nuestra mente, un solo pensamiento puede definir nuestro pronóstico y nuestro futuro en cuanto al peso se refiere, así que trabaje en armar de forma solida el primer pensamiento y su éxito estará asegurado.


Dr. Javier Gutiérrez Ornelas







03 enero 2012

Nuevo Propósito


Tal vez uno de los propósitos más frecuentes que son evocados la noche del 31 de diciembre en vísperas del año nuevo es: “este año bajaré de peso”. Sin embargo las estadísticas nos marcan que dicho propósito en la mayoría de los casos se queda en eso, en propósito, muy pocas veces cristaliza en una realidad y cuando llega a concretarse, sólo es en la mayoría de los casos, una realidad fugaz y pasajera.

Esto sucede por muchos factores, pero uno de los principales es la fuerza del hábito que nos jala a continuar con la alimentación a la que estamos acostumbrados.  Esta fuerza del hábito se disfraza de muchos fantasmas que rondan en nuestra mente y nos confunden haciéndonos dudar de continuar con el sistema, pueden emerger pensamientos como: “para qué me hago ilusiones, nunca lo lograré”, “nunca he logrado adelgazar hasta donde quiero” “tendré un rebote que me aumentará al doble”, etc. todos estos pensamientos y otros similares obedecen a la fuerza del hábito, que quiere seguir con el consumo elevado de calorías ya que el organismo está  acostumbrado a dichos excesos y no estará dispuesto a cambiarlos aunque sea para su beneficio.

El saber esto le ayudará a continuar, a tolerar esta resistencia, porque así sabrá que no es algo que le sucede a usted solamente, sino que se trata, de una tendencia normal del proceso de reducción y que para alcanzar su meta trazada, deberá tolerar este gran obstáculo que invariablemente aparecerá.

En NutriZen, entendemos plenamente estas tendencias, nunca culpamos a los pacientes acusándolos de poca voluntad o de débiles sin remedio, porque sabemos el proceso natural de la reducción y sus resistencias, de tal manera que le invitamos a que se una a nuestro sistema de reducción, un sistema innovador que, en miras del reto de una pérdida de peso definitiva, se compromete a apoyarle en todo el proceso, comprendiendo las pautas mentales más sutiles que son las que generalmente provocan las caídas más fuertes en el camino de la reducción.

Así que a nombre de un servidor y de el equipo de trabajo de NutriZen, le deseo un prospero 2012 y si uno de sus propósitos es alcanzar su peso sano, no permita que éste se quede sólo en una noble intención, cristalícelo con nosotros ya que contamos con todas las herramientas necesarias para ayudarlo a alcanzar dicha meta.

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas