28 octubre 2011

Tirando la toalla


El camino al peso sano, es un camino que requiere paciencia, disciplina, perseverancia, confianza, optimismo y madurez, sin embargo, como no sabemos cuánto tiempo tardaremos en alcanzar nuestra meta, es común que nos desesperemos y “tiremos la toalla”.  Si usted en algún momento ha iniciado algún sistema reductor y lo ha dejado a medio camino, o incluso casi al iniciarlo, sepa que no es usted la excepción, ya que según estadísticas recientes 8 de cada 10 personas que inician un sistema reductor, no lo concluyen y de estos 8 pacientes, 6 lo abandonan en la primera cuarta parte del total de tiempo que requerirá su reducción.

Lo arriba escrito no tiene la finalidad de desanimarlo, sino que se dé cuenta que no es cuestión personal el abandonar la dieta, no es cuestión de que USTED sea un fracaso, o que USTED no tiene fuerza de voluntad, sino que se trata de una tendencia natural del proceso, porque este proceso en el cual nos privamos de los alimentos que nos brindan placer, es un verdadero choque contra usted mismo y la única forma de lograr alcanzar la meta es SABER que su mente va a rechazar la idea de continuar y le tentará a abandonar el sistema antes de tiempo, de tal forma que cuando le asalten pensamientos de abortar el sistema, sepa que se trata simplemente de su mente adicta a alimentos dañinos, una mente habituada a recibir placer con alimentos de mucho sabor u olor y que estos son alimentos generalmente perjudiciales para nuestra salud.  Sabiendo esto, no se sorprenderá cuando lleguen estas ideas de fuga, tómelas con calma, a todos les llegan, es normal su aparición, déjelas estar, no reaccione a ellas ni suprimiéndolas ni corriendo al refrigerador, permítales un tiempo y estas se disolverán, así usted podrá continuar con su proceso de perdida, es cierto que estos pensamientos volverán, pero si usted los maneja de la misma forma, cada vez tendrán menos fuerza hasta que serán disueltos por completo.

Así que, si usted es uno de esos ocho de diez  que “tiraron la toalla” antes de llegar a la meta, sólo recójala, sacúdala y continúe su camino, porque ser delgado ES su derecho y recuerde que usted no es la única persona que retoma el sistema y puede ser de aquellos que alcanzan su meta.


Dr. Javier Gutiérrez Ornelas


21 octubre 2011

Visualización


Se dice que “los límites que el ser humano tiene, son los límites que el mismo se impone”, esta frase es sumamente cierta si consideramos lo  importante que es que cada uno se ponga una meta y trabaje en ella, aunque si de entrada pensamos que dicha meta está fuera de nuestro alcance, será imposible aspirar a la misma.

Esto también es aplicable a nuestro camino en la reducción de peso.  En mi práctica médica diaria, me ha tocado infinidad de veces que llegan pacientes a solicitar una consulta y al momento de subir a la báscula y ver el peso que presentan, yo les pregunto: ¿cuál es el peso al que le gustaría llegar?  Esta pregunta la hago con dos intenciones, una por supuesto, es saber cuál es la meta que el ó la paciente tiene proyectada, ver qué tan cerca pretende estar de su peso ideal, de acuerdo a su Índice de Masa Corporal, y saber contra cuánto sobrepeso vamos a trabajar; pero la otra intención es percibir en el paciente qué tan confiado o seguro se ve de alcanzar dicha meta, su rostro, sus expresiones y por supuesto su opinión respecto a esa pregunta me indican si dicho paciente tiene claramente visualizada su meta o si mas bien piensa que la meta es inalcanzable y que sólo se conformará con bajar unos cuantos kilos.  

Si el paciente tiene clara su meta, es más fácil trabajar en este proceso, sólo es cuestión de ir monitoreando sus avances y las percepciones que el paciente tenga de los mismos para evitar que se desanime en el proceso y se mantenga firme hasta el final, sin embargo en aquel paciente que no tiene una meta clara, la situación es más complicada.

En estos últimos pacientes es necesario primero alentarles a que se visualicen en el peso que desean alcanzar, no importa a cuántos kilogramos se encuentren de distancia de su peso idealizado.  La visualización y una firme convicción de que lo lograrán es indispensable para que esto se transforme en realidad, y para que puedan trabajar contra los obstáculos que se presenten en su camino.

Por tal motivo si usted decide iniciar un sistema reductor, visualice hasta dónde quiere llegar, imagínese como se vería con esa figura, imagínese subiendo a la báscula dando el peso que desea ver en ella, visualícese mentalmente comprando ropa de la talla que desea alcanzar, trate de ver todos los detalles de estas imágenes, imagínese que le felicitan por su logro, que le preguntan cómo lo alcanzó, todas estas imágenes lograrán reforzar su mente para que tenga la suficiente fuerza de alcanzar su meta.

Y recuerde esto, dichas visualizaciones no son sólo una fantasía, son las imágenes vivas de su futuro si decide perseverar hasta alcanzarlo.

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas





18 octubre 2011

Agilidad mental con una alimentación sana


Te has preguntado alguna vez por qué la gente dice que cuando vas a realizar alguna actividad que requiere de toda tu atención  y concentración no comas carne, y que en vez de eso, comas frutas, ensaladas crudas, verdura, es decir nada que ponga sobrepeso a tu estómago, y que te dé energía, te mantenga despierto todo el tiempo con la mente puesta y muy concentrada en lo que haces en ese momento.

Bueno esto tiene una explicación y tiene que ver con llevar una alimentación sana.  Si tú por ejemplo, tienes que hacer un negocio muy importante, hablar en público, presentar un examen muy importante, etc. y antes de esto, comes un gran pedazo de carne, frijoles, huevo, chicharrón, etc., (y seguramente lo has experimentado alguna vez), ¿qué crees que pasará?

Cuando llega la hora de la actividad importante, tu estómago está muy pesado, experimentas sueño, cansancio, malestar estomacal, pesadez y en ese momento que más necesitas de tu concentración quieres acostarte a dormir.

Al igual que tu cuerpo, tu mente también está pesada y no quiere pensar, tu fluidez mental es mínima y tienes que hacer un gran esfuerzo para obligarla a trabajar, por lo tanto ¿qué crees que sucederá con tu actividad importante?, seguramente no saldrás muy bien librado pues tú mismo lo provocaste con tu alimentación.

Entiendes ahora el por qué es tan importante tener una alimentación sana, pues cuando comes, los nutrientes actúan sobre la capacidad intelectual y podemos elegir e incorporar en nuestra alimentación aquellos alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, vitaminas, minerales y aminoácidos necesarios para pensar con mayor agilidad y más eficiencia.

Estudios científicos han descubierto que nuestros hábitos alimenticios están relacionados con nuestro cerebro y repercuten en nuestra memoria, y en nuestra capacidad pensante e intelectual, por lo tanto si seguimos una dieta variada y rica en alimentos que contengan vitaminas del grupo B como cereales integrales, legumbres y frutos secos, etc… Estas vitaminas son fundamentales para las funciones cerebrales. De hecho, varios estudios demuestran que incluso en forma de suplementos pueden ayudar a mejorar nuestras funciones mentales.

Pero realmente no necesitamos estudios científicos pues si nosotros escucháramos los mensajes de nuestro cuerpo podríamos saber cómo deberíamos alimentarnos, sin embargo nos hacemos los locos y no escuchamos ese lenguaje del cuerpo, e ingerimos alimentos que le caen mal, que le hacen daño, además que nos hace lentos, incompetentes y perezosos. Fíjate como una alimentación sana incide en todas nuestras actividades diarias.

¿Lo has experimentado alguna vez?, con seguridad que sí, así que te sugiero que si quieres ser una persona de éxito, brillante, triunfadora en la vida con una agilidad mental envidiable, adoptes una dieta alimenticia que te ayude con esto y con seguridad que lo lograrás.

Recuerda  siempre todo es una cadena y hay un dicho que dice “alimentación sana implica cuerpo sano, mente sana”, esto no es una casualidad, es una causalidad, no lo olvides y empieza a practicarlo ahora mismo, te aseguro que no te arrepentirás ni un momento, pues antes que nada te estás haciendo consciente del por qué estás haciendo las cosas, y nadie te las está imponiendo solo tú qué quieres mejorar tu calidad de vida.


14 octubre 2011

Empieza a comer sano y mejora tu salud

El comer sano mejora tu salud en un 100%, según estudio mostrados por la Dra. Sandra Cabot en su último e innovador libro, “The Liver Cleansing Diet” (La Dieta de Limpieza del Hígado).

Principios Esenciales para Mejorar el Funcionamiento del Hígado

UNO.- No comas si te sientes tenso o ansioso ya que durante estos estados la corriente sanguínea es desviada de los intestinos e hígado a otras zonas del cuerpo.

DOS.- Comprueba si cerca de tu zona puedes adquirir productos orgánicos frescos y libres de pesticidas. Procura comer sano.

Compra productos que contengan ingredientes naturales y evita los alimentos procesados que contengan sustancias químicas artificiales tales como conservadores, colorantes, aromatizantes y edulcorantes artificiales.

TRES.- Obtén las proteínas de fuentes naturales, incluidas las legumbres. La dieta para limpiar del hígado se basa en comer sano y las proteínas se obtienen de las legumbres, granos, cereales, frutos secos y semillas. Las proteínas de primera clase procedentes de la combinación de estas fuentes son tan completas como las proteínas de origen animal y contienen los 8 aminoácidos esenciales.

Las legumbres son las alubias (tales como la alubia de soya o las habas, etc.), los guisantes, los garbanzos y las lentejas, que aportan proteínas de gran valor, ácidos grasos esenciales, fibra, hormonas vegetales, minerales y vitamina B.

Semillas – linaza, girasol, sésamo y calabaza, todas son unas excelentes fuentes de ácidos grasos esenciales, proteínas, hormonas vegetales y fibra. Las nueces son muy ricas en grasas insaturadas y deberían comerse sólo frescas y crudas.

CUATRO.- Elige bien el pan y el relleno. Es importante comer solamente pan integral de buena calidad para la limpieza del hígado. Si tienes el colon irritable, consume pan de harina molida, ya que tiene una textura fina, y está libre de pequeños granitos.

Prueba distintas variedades de pan para reducir alergias, prueba el de centeno, de trigo, de maíz, de avena, de cebada y demás que puedas encontrar en tiendas de alimentos naturales. Para algo más ligero, prueba crackers de arroz, de centeno o pan de pita sin levadura. Si eres alérgico a la levadura, consume pan sin levadura o una barra de masa agria.

Es muy importante comer sano y evitar la margarina y/o mantequilla, si necesitas algo para extender sobre el pan utiliza aguacate fresco o humus.

CINCO.- Evita el estreñimiento comiendo muchas frutas frescas y vegetales y bebiendo agua a lo largo del día y empieza a comer sano. Evitando el estreñimiento evitarás el crecimiento de organismos no deseados en el intestino grueso.

SEIS.- Evita las grasas saturadas o en mal estado. Estas grasas insalubres pueden dañar el hígado con los cambios característicos de un “hígado obeso” similar a aquel de los consumidores de alcohol.

Muchas personas preocupadas por su línea intentan llevar una dieta completamente libre de grasa, aunque, si esto se practica durante más de cuatro semanas, empezaran a aparecer síntomas de deficiencia de ácidos grasos. Es más, las funciones del hígado y del metabolismo se ponen lentos  y conducirán a un fácil aumento de peso.

El tipo de grasa que ingieres diariamente es importante para la salud y la longevidad y tendrá más influencia que ninguna otra cosa sobre el funcionamiento del hígado y el peso. Ahora tiene razones más que suficientes para que empieces a comer sano, ¿verdad?

Así que empieza ya a comer sano, mejora tu salud, aumenta tu productividad, obtén tu peso ideal y mejora tu concentración para que logres el éxito rápidamente.   


Acércate a NutriZen, nosotros te podemos orientar sobre la mejor manera de hacer una dieta para comer sanamente  de acuerdo a tus necesidades, que te ayude a tener un peso sano, y además mejorar tu salud.





11 octubre 2011

La saludable manzana

La manzana es conocida como "la reina de las frutas". No es sólo una de las frutas más antiguas, sino también la más simbólica. Sus propiedades nutritivas y medicinales, conocidas desde tiempos remotos, le han valido, además, la fama de fruta sana. Tanto la mitología griega como la celta han otorgado a la manzana un protagonismo esencial.


La famosa "manzana de la discordia" que se disputaban Hera, Atenea y Afrodita, las manzanas sagradas del jardín de las Hespérides o el efecto rejuvenecedor que le atribuían los dioses escandinavos son algunos ejemplos.
En los países de cultura judeocristiana, la manzana es el fruto prohibido que en el Edén comieron primero Eva y luego Adán. E Isaac Newton desarrolló la ley de la gravedad precisamente al ver caer una manzana.



Las propiedades terapéuticas de la manzana no sólo la hacen recomendable para mejorar ciertas afecciones (hipertensión, eccemas crónicos, ácido úrico, gastroenteritis, afecciones hepáticas,...), sino también como preventivo para reforzar la salud.

Comer dos o tres manzanas al día resulta eficaz para regular el nivel de colesterol. También reduce el riesgo de infarto de miocardio y la tendencia a la formación de cálculos biliares. Además, investigaciones llevadas a cabo en el Japón muestran que la pectina (un hidrato de carbono que no se absorbe en el intestino) es capaz de impedir el desarrollo de tumores cancerosos en el intestino.



Así que no esperes que pase este día sin disfrutar una saludable manzana.



07 octubre 2011

Comer consciente

La mayoría de las personas en nuestro medio urbano tenemos el tiempo medido, el día transcurre entre múltiples actividades.  Desde muy temprano, cuando nuestro despertador corta abruptamente nuestro placentero sueño, iniciamos un maratón de compromisos que generalmente termina entrada la noche.
Casi todos estamos tan ocupados con nuestro trabajo, nuestra familia, nuestras distracciones, que unas actividades se enlazan con las otras sin darnos el menor respiro y esto no es solo cierto en cuanto a actividad física se refiere, sino también a nuestra actividad mental, la cual permanece la mayor parte del tiempo en un monólogo ininterrumpido recordando o anticipando acontecimientos, y muy pocas veces permanecemos mentalmente en el momento presente.
Esta tendencia habitual de nuestra personalidad nos acompaña de forma permanente, salvo cuando estamos totalmente concentrados en alguna actividad o trabajo. Al lograr una concentración total, olvidamos absolutamente todo, excepto obviamente lo que nos mantiene concentrados. Cuando se logra esta absorción en la actividad que realizamos, provoca generalmente los mejores resultados posibles, ya que como seguramente lo habrán comprobado, siempre una tarea nos resulta mejor hecha cuando nos concentramos en ella que cuando la hacemos distraídos.
Esto mismo se aplica al comer, la gran mayoría de nosotros comemos con el tiempo limitado, nuestro trabajo ya nos está esperando y si por nosotros fuera comeríamos trabajando, en muchas ocasiones comemos acompañados de nuestros familiares o amigos, y entre platica y platica seguimos comiendo, otras veces optamos por ver el televisor mientras comemos y en otras ocasiones, cuando comemos solos, nuestra mente está en todas partes menos en el platillo que tenemos enfrente.
Esta prisa y distracción constantes, provocan que comamos de forma inadecuada, trayendo como consecuencia desde colitis hasta sobrepeso.  Además ya que no estamos concentrados en nuestros alimentos no los masticamos ni los saboreamos lo suficiente, y debido a que comemos muy rápido el estómago no alcanza a mandar sus señales de forma adecuada para indicar la saciedad en el momento correcto.  Si somos más conscientes al comer nos daremos cuenta del contenido graso de muchos alimentos difíciles de digerir, por tal motivo es de suma importancia que mientras se come, permanezca totalmente concentrado y coma con calma para que nuestra saciedad se vaya ajustando correctamente y así sea más fácil mantener un peso sano.

Te invito a que a partir de hoy seas consciente de tus alimentos al tener el platillo frente a ti y concéntrate solamente en comer.   Te aseguro que vas a disfrutar más sus sabores y comerás lo justo y más sanamente.
Dr. Javier Gutiérrez Ornelas



03 octubre 2011

Control de la ración

El tamaño de las raciones está aumentando por todos lados, en el supermercado, en los restaurantes, en el cine y hasta en casa.  Los estudios señalan que cuando las personas se les presentan raciones más grandes, inadvertidamente consumen más calorías, lo que puede conducir al aumento de peso.  Sin embargo, hay maneras de controlar las raciones que le pueden ayudar a tener un estilo de vida más saludable.

La diferencia entre el tamaño de la ración y el tamaño de la porción. 
Recuerde que el tamaño de la ración es la cantidad de un solo tipo de alimento servida en una ocasión determinada, generalmente una comida o refrigerio.  Con frecuencia, las personas confunden el tamaño de la ración con el tamaño de la porción, que es la unidad estándar para medir los alimentos (una taza o una onza son buenos ejemplos).  El tamaño de la ración es la cantidad que se ofrece en un paquete de alimentos preparados o la cantidad que una persona decide poner en su plato.

Por ejemplo, los muffins con frecuencia se venden en tamaños que constituyen al menos dos porciones, pero los consumidores se comen todo con la idea de haber consumido una porción.  No se dan cuenta de que han elegido un tamaño de ración grande superior al tamaño de una porción.  Los tamaños de la ración han aumentado con el tiempo, así que asegúrese de revisar el tamaño de la porción en la etiqueta.

Cuídese de los empaques grandes.  Cuanto más grande sea el paquete, más comerán las personas sin darse cuenta.  Ponga raciones de refrigerio en un plato, no las deje en el paquete, esto le ayudará a mantenerse consciente de la cantidad que come.  Recomendamos dividir el contenido de un paquete grande en varios recipientes pequeños para evitar comer en exceso.

Tamaño de la porción.  Muchos restaurantes sirven más comida de la que una persona necesita comer en una sentada.  Tome el control de la cantidad de comida en su plato compartiendo un plato principal con un amigo.  También le puede pedir al mesero una caja "para llevar", y empacar la mitad de la comida en cuanto esta llegue a la mesa.  Si pide un plato principal, llévese lo que le sobre a casa, refrigérelo y disfrútelo como otra comida o refrigerio para el día siguiente.

Cuando pida comida rápida, imagínesela en un plato.  Mejor aún, llévesela a casa y póngala en un plato.  Quizá se sorprenda de cuan lleno se ve el plato, así que pruebe comer menores cantidades la próxima vez.

Cuando éramos niños, nos decían que comer refrigerios antes de la cena "nos arruinaría el apetito".  Así que ahora, si siente hambre entre comidas, coma algo saludable, libre de calorías (de su lista de alimentos libres) así evitará comer demasiado en la próxima comida.