07 octubre 2011

Comer consciente

La mayoría de las personas en nuestro medio urbano tenemos el tiempo medido, el día transcurre entre múltiples actividades.  Desde muy temprano, cuando nuestro despertador corta abruptamente nuestro placentero sueño, iniciamos un maratón de compromisos que generalmente termina entrada la noche.
Casi todos estamos tan ocupados con nuestro trabajo, nuestra familia, nuestras distracciones, que unas actividades se enlazan con las otras sin darnos el menor respiro y esto no es solo cierto en cuanto a actividad física se refiere, sino también a nuestra actividad mental, la cual permanece la mayor parte del tiempo en un monólogo ininterrumpido recordando o anticipando acontecimientos, y muy pocas veces permanecemos mentalmente en el momento presente.
Esta tendencia habitual de nuestra personalidad nos acompaña de forma permanente, salvo cuando estamos totalmente concentrados en alguna actividad o trabajo. Al lograr una concentración total, olvidamos absolutamente todo, excepto obviamente lo que nos mantiene concentrados. Cuando se logra esta absorción en la actividad que realizamos, provoca generalmente los mejores resultados posibles, ya que como seguramente lo habrán comprobado, siempre una tarea nos resulta mejor hecha cuando nos concentramos en ella que cuando la hacemos distraídos.
Esto mismo se aplica al comer, la gran mayoría de nosotros comemos con el tiempo limitado, nuestro trabajo ya nos está esperando y si por nosotros fuera comeríamos trabajando, en muchas ocasiones comemos acompañados de nuestros familiares o amigos, y entre platica y platica seguimos comiendo, otras veces optamos por ver el televisor mientras comemos y en otras ocasiones, cuando comemos solos, nuestra mente está en todas partes menos en el platillo que tenemos enfrente.
Esta prisa y distracción constantes, provocan que comamos de forma inadecuada, trayendo como consecuencia desde colitis hasta sobrepeso.  Además ya que no estamos concentrados en nuestros alimentos no los masticamos ni los saboreamos lo suficiente, y debido a que comemos muy rápido el estómago no alcanza a mandar sus señales de forma adecuada para indicar la saciedad en el momento correcto.  Si somos más conscientes al comer nos daremos cuenta del contenido graso de muchos alimentos difíciles de digerir, por tal motivo es de suma importancia que mientras se come, permanezca totalmente concentrado y coma con calma para que nuestra saciedad se vaya ajustando correctamente y así sea más fácil mantener un peso sano.

Te invito a que a partir de hoy seas consciente de tus alimentos al tener el platillo frente a ti y concéntrate solamente en comer.   Te aseguro que vas a disfrutar más sus sabores y comerás lo justo y más sanamente.
Dr. Javier Gutiérrez Ornelas



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