La manzana es conocida como "la reina de las frutas". No es sólo una de las frutas más antiguas, sino también la más simbólica. Sus propiedades nutritivas y medicinales, conocidas desde tiempos remotos, le han valido, además, la fama de fruta sana. Tanto la mitología griega como la celta han otorgado a la manzana un protagonismo esencial.
La famosa "manzana de la discordia" que se disputaban Hera, Atenea y Afrodita, las manzanas sagradas del jardín de las Hespérides o el efecto rejuvenecedor que le atribuían los dioses escandinavos son algunos ejemplos.
En los países de cultura judeocristiana, la manzana es el fruto prohibido que en el Edén comieron primero Eva y luego Adán. E Isaac Newton desarrolló la ley de la gravedad precisamente al ver caer una manzana.
Las propiedades terapéuticas de la manzana no sólo la hacen recomendable para mejorar ciertas afecciones (hipertensión, eccemas crónicos, ácido úrico, gastroenteritis, afecciones hepáticas,...), sino también como preventivo para reforzar la salud.
Comer dos o tres manzanas al día resulta eficaz para regular el nivel de colesterol. También reduce el riesgo de infarto de miocardio y la tendencia a la formación de cálculos biliares. Además, investigaciones llevadas a cabo en el Japón muestran que la pectina (un hidrato de carbono que no se absorbe en el intestino) es capaz de impedir el desarrollo de tumores cancerosos en el intestino.
Así que no esperes que pase este día sin disfrutar una saludable manzana.
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