15 noviembre 2011

Revalorar Expectativas


Las estadísticas son claras, el 80% de los pacientes que inician un sistema reductor lo abandonan antes de alcanzar su peso deseado, de este porcentaje, el 75% lo abandonan al poco tiempo de iniciarlo, esto es, ni siquiera dan el beneficio de la duda a dicho sistema, no se trata de que el régimen elegido no funcione, sino que la persona que se somete a él no le da el tiempo suficiente para dejarlo funcionar, arranca la semilla antes de que germine.  Si bien esto no es un dato totalmente nuevo, de hecho es bien sabido que la mayoría de las personas que inician un sistema reductor no logran su meta, lo interesante de esto es saber cuál es el principal motivo de deserción por parte de los pacientes,  se puede pensar que se trata de la cuestión económica, al menos en nuestro medio, ya sea dificultad para pagar los honorarios o para comprar la comida necesaria, pero este no es el motivo principal de abandono.

El principal motivo de abandono recae de forma clara y contundente sobre las expectativas, básicamente las expectativas que el paciente se forma del sistema y del que será su avance en la reducción suelen superar y con mucho a la realidad de un metabolismo que iniciará una verdadera revolución en sus distintos órganos y sistemas. Una vez que el paciente decide iniciar un cambio en su alimentación quiere que el cuerpo siga los deseos de su mente, la cual viaja en jet, mientras que el cuerpo avanza caminando, la mente del paciente deseosa de resultados visibles inmediatos, no permite al organismo desplegar toda su sabiduría y sus recursos para que se realice una reducción sana y balanceada, por tal motivo, el paciente se basa solamente en lo registrado en una bascula, sin detenerse a pensar en los miles de millones de cambios a nivel celular que están ocurriendo en su cuerpo desde el momento que cambia la comida dañina por una sana alimentación y que si continúa en ese camino, lo llevarán invariablemente a un peso sano.

Pero el paciente, es el último en ser responsable por esto, debido a que esta bombardeado por infinidad de productos y servicios que ofrecen perdidas maravillosas y mágicas, y al ver el paciente que su realidad es otra, tiende a desanimarse.  Por este motivo es muy importante que el paciente hable con su médico o nutriólogo, sobre cuáles son las verdaderas expectativas que debe tener de un tratamiento serio y bien encaminado, y una vez teniendo claro este pronóstico, debe trabajar sinceramente en sí mismo para entender las pautas que lo ayudarán a lograr alcanzar la meta, en el tiempo adecuado, pues un cambio real se da gradualmente para que los resultados se puedan mantener.


Dr. Javier Gutiérrez Ornelas









09 noviembre 2011

El poder de una alimentación sana


La Naturaleza nos brinda todo lo necesario para alimentarnos bien,  sin embargo la falta de tiempo, la necesidad de comer rápido, la imposibilidad de cambiar el menú diariamente o el desconocimiento, hacen que varias veces padezcamos deficiencias nutricionales o que lleguemos a tener unos kilos de más.

Los efectos de los alimentos que consumimos sobre nuestro comportamiento son de sobra conocidos desde hace ya mucho tiempo, y solo  modificando nuestra alimentación cotidiana sin fanatismos ni sectarismos, podemos mejorar nuestro propio estado emocional, mental y espiritual; incluyendo nuestra relación con los demás.  En este caso, no debemos olvidar la frase de Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina”.

Existen alimentos que debido a su capacidad de limpiar el cuerpo de los desechos que producen las células, son recomendados por los médicos tanto para personas sanas como enfermas. Se trata de los antioxidantes, familia de sustancias que neutralizan y eliminan los radicales libres,  moléculas-basura que causan daño en las proteínas, lípidos y ADN,  por lo que enferman y envejecen el cuerpo.  Ellas causan el llamado estrés oxidativo.  Fenómeno responsable en parte de problemas de salud tan frecuentes en el mundo actual como el cáncer,  Alzheimer y Parkinson y aunque el organismo tiene mecanismos para eliminar estos radicales libres, no logran ser 100% eficientes.

En Estados Unidos, la FDA ha reconocido la importancia de los alimentos integrales y otros productos de origen vegetal en la prevención de enfermedades cardiacas coronarias y algunos tipos de cáncer.  Los alimentos como el pan y los cereales, el arroz blanco o las galletas integrales están al alcance de toda la población.  Basta con tomar una ración de cereales integrales en el desayuno  o  empezar a consumir pan, arroz y pastas integrales para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer ciertas enfermedades.
Dentro de los alimentos con una alta capacidad antioxidante tenemos por ejemplo:

·         Ciruela pasa
·         Espinaca
·         Calabaza
·         Col de Bruselas
·         Alfalfa germinada
·         Brócoli en flor
·         Betabel/ Remolacha
·         Aguacate
·         Pimiento rojo
·         Frijol
·         Maíz
·         Berenjena
·         Coliflor
·         Granadas
·         Pasitas
·         Fresas
·         Zarzamoras
·         Ciruelas
·         Naranjas
·         Uvas rojas y verdes
·         Cereza
·         Kiwi
·         Toronja rosada

Sin embargo todos los alimentos tienen alguna propiedad benéfica para nuestro cuerpo, incluida el agua ya que diversos estudios científicos han comprobado que es muy benéfica cuando se consume inmediatamente después de levantarse por la mañana para curar muchas enfermedades, según los japoneses. 

Una alimentación sana basada en frutas crudas o secas, cereales, verduras crudas y granos tiene la capacidad de  aumentar tu potencial tanto intelectual, mental, como espiritual, pilares fundamentales para que seas una persona equilibrada , sana y muy feliz.

Te invito a que desde hoy  pongas en práctica todo esto  y experimentes tu también los beneficios que este tipo de alimentación traerá a tu vida, teniendo en cuenta que lo harás de una forma natural, sin que te tenga que forzar nadie,  solo porque estás convencido que es bueno para ti y para todos los que te rodean.


03 noviembre 2011

Obesidad: Semillero de enfermedades


A través de nuestra vida, vamos acumulando grasa corporal y cuando ésta sobrepasa los límites considerados normales, se inicia un proceso de estrés o degenerativo en todo nuestro organismo, el cual es un estado donde todos nuestros órganos y sistemas se ven comprometidos ya que la grasa corporal se acumula a lo largo y ancho de todo nuestro organismo, sin embargo el cuerpo humano es muy noble, muy resistente y adaptativo, por eso en un inicio, los trastornos en nuestro físico no se hacen evidentes mas allá de las visibles zonas donde se acumula este tejido, pero la persona que ya tiene consigo grasa corporal excedente sigue operando de forma más o menos normal, si acaso con la limitante de menor agilidad y mayor cansancio o agitación.

Sin embargo y a pesar de que no sea visible de forma externa, el daño a nuestro organismo está en pleno proceso, por tal motivo es válido considerar a la obesidad como un semillero de enfermedades, donde trastornos como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial o presión alta, daños en tejidos como articulaciones, corazón, arterias, tubo digestivo, están en franco camino a su desarrollo externo, solo es cuestión de tiempo, están desarrollándose en el terreno fértil del peso elevado y de esta forma, un día de forma repentina la persona obesa, resulta elevada en su glucosa sanguínea, en su colesterol, en su acido úrico, en su presión arterial, pero estos trastornos no se desarrollan en el momento que son detectados, sino que hoy, en este momento, que usted está leyendo este artículo, si presenta obesidad, estos trastornos se están desarrollando en usted, como semillas están siendo abonadas por el exceso de grasa, se alimentan de su sobrepeso, de tal forma que si usted quiere evitar su aparición, la cual es inevitable si continua con un peso elevado, entonces puede empezar a dejar de dar abono a estas semillas y a quitarles incluso el que ya tienen.

Iniciar un cambio en su ingesta, y llevarla al consumo sano y balanceado de alimentos, y empezar con alguna actividad física leve o moderada, aún incluso antes de perder el primer gramo, ya estará cortando el aporte de “nutrientes” para sus semillas de enfermedades, lo cual ya es gran ganancia, y de seguir con su proceso de reducción, comenzará a perder la grasa ya acumulada, provocando que las semillas se empiecen a secar antes de brotar al exterior y usted evite mucho dolor futuro que pueden provocarle los trastornos relacionados con la obesidad.

Si usted se interesa en su salud y presenta obesidad, considere que no es optativo reducir, sino que es un compromiso de salud con usted mismo.


Dr. Javier Gutiérrez Ornelas