El tamaño de las raciones está aumentando por todos lados, en el supermercado, en los restaurantes, en el cine y hasta en casa. Los estudios señalan que cuando las personas se les presentan raciones más grandes, inadvertidamente consumen más calorías, lo que puede conducir al aumento de peso. Sin embargo, hay maneras de controlar las raciones que le pueden ayudar a tener un estilo de vida más saludable.
La diferencia entre el tamaño de la ración y el tamaño de la porción.
Recuerde que el tamaño de la ración es la cantidad de un solo tipo de alimento servida en una ocasión determinada, generalmente una comida o refrigerio. Con frecuencia, las personas confunden el tamaño de la ración con el tamaño de la porción, que es la unidad estándar para medir los alimentos (una taza o una onza son buenos ejemplos). El tamaño de la ración es la cantidad que se ofrece en un paquete de alimentos preparados o la cantidad que una persona decide poner en su plato.
Por ejemplo, los muffins con frecuencia se venden en tamaños que constituyen al menos dos porciones, pero los consumidores se comen todo con la idea de haber consumido una porción. No se dan cuenta de que han elegido un tamaño de ración grande superior al tamaño de una porción. Los tamaños de la ración han aumentado con el tiempo, así que asegúrese de revisar el tamaño de la porción en la etiqueta.
Cuídese de los empaques grandes. Cuanto más grande sea el paquete, más comerán las personas sin darse cuenta. Ponga raciones de refrigerio en un plato, no las deje en el paquete, esto le ayudará a mantenerse consciente de la cantidad que come. Recomendamos dividir el contenido de un paquete grande en varios recipientes pequeños para evitar comer en exceso.
Tamaño de la porción. Muchos restaurantes sirven más comida de la que una persona necesita comer en una sentada. Tome el control de la cantidad de comida en su plato compartiendo un plato principal con un amigo. También le puede pedir al mesero una caja "para llevar", y empacar la mitad de la comida en cuanto esta llegue a la mesa. Si pide un plato principal, llévese lo que le sobre a casa, refrigérelo y disfrútelo como otra comida o refrigerio para el día siguiente.
Cuando pida comida rápida, imagínesela en un plato. Mejor aún, llévesela a casa y póngala en un plato. Quizá se sorprenda de cuan lleno se ve el plato, así que pruebe comer menores cantidades la próxima vez.
Cuando éramos niños, nos decían que comer refrigerios antes de la cena "nos arruinaría el apetito". Así que ahora, si siente hambre entre comidas, coma algo saludable, libre de calorías (de su lista de alimentos libres) así evitará comer demasiado en la próxima comida.
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