Cuando
intentamos cambiar nuestros hábitos alimenticios, debemos preguntarnos qué es
lo que realmente perseguimos: ¿queremos comer de forma balanceada para tener
una mejor salud o sólo estamos “sacrificándonos” para bajar de peso? Desde este
pensamiento aparentemente trivial parte nuestro pronóstico para lograr un peso
saludable y sobre todo permanente. ¿Por qué? Si analizamos un poco esta
interrogante veremos la gran diferencia entre una y otra pauta de pensamiento,
cuando queremos iniciar una alimentación balanceada, primero llegamos a estar
conscientes que no la estamos realizando y que eso nos trae como consecuencia
el sobrepeso y una serie de trastornos agregados, entonces de forma seria y
madura decidimos iniciar un proceso de comer responsable y nos asesoramos e
informamos sobre qué alimentos, en qué cantidad y en qué combinación debemos
ingerir, en este abordaje estamos responsabilizándonos por cambiar nuestros
hábitos alimenticios y eso nos conducirá a una consecuencia ineludible: un peso
sano.
Si
por otro lado, empezamos a suprimir alimentos que sabemos nos hacen ganar peso,
como los chocolates, el pan, los refrescos, las frituras, con la intención de
adelgazar, pero al dejarlos sufrimos más que si camináramos descalzos sobre las
brasas y maldecimos y refunfuñamos cada que vemos un plato rebosante de
lechuga, añorando las olorosas y aceitosas papas fritas entonces estaremos
esperando la primera oportunidad para “dejar la dieta” y decir una vez más: “yo
no sirvo para hacer dietas” pero si somos sinceros cualquiera que aborde un
cambio alimenticio yendo del incorrecto al sano, como si se tratase de una
manda o de un sacrificio opinará exactamente lo mismo y abortará la misión.
Por
tal motivo es muy importante que antes de iniciar un cambio en su alimentación
usted reflexione sinceramente en estas dos afirmaciones: “quiero realmente
comer de forma sana y balanceada para mejorar mi salud y mi peso” o “necesito
privarme de todo lo que me gusta (refrescos, pizza, hamburguesas, etc.) durante
un tiempo para adelgazar y luego poder volver a comerlo sin problemas”. En el
momento que de forma sincera, la primer afirmación se establezca en usted de
manera firme e inquebrantable, estará listo para iniciar su camino hacia el
peso sano y créamelo, será un camino directo al éxito, pero si es la segunda
afirmación la que ronda en su cabeza, mejor espere, ya que se irá conduciendo
muy seguramente a otro intento frustrado o en el mejor de los casos a un
intento en el que sí alcance la meta pero de forma fugaz o pasajera.
Que hermosas y ciertas estas palabras! Encontrar el momento adecuado para comenzar el tratamiento, quizas pueda resultar costoso darnos cuenta si estamos preparados para ponernos en acciòn o no, ya que la prisa por alcanzar un peso saludable puede provocar que esquivemos etapas; esa certeza y seguridad siempre va a estar en nuestro interior, y como dice el escrito si no nos engañamos a nosotros mismos y recurrimos a la consciencia plena. Ningun camino es dificil, solo aquel que no se intenta, para ello, los profesionales con toda su dedicacion y entrega estan para guiarnos y acompañarnos en cada una de las etapas que nos encontremos. El momento oportuno siempre llega, es cuestion de paciencia y tener la firme convicciòn de querer estar mejor, vivir sanamente! Saludos!!
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