23 enero 2012

Saber comer


En días pasados me abordó una paciente de las que atiendo en mi consulta de medicina general, paciente a la que siempre he conocido con sobrepeso pero que nunca se había interesado en adelgazar o al menos eso es lo que ella repetidamente me decía cuando yo le sugería una perdida para beneficio de su salud, en esta ocasión me dijo: - Doctor, yo no quiero que me ponga a dieta, solo quiero que me enseñe cómo debo comer.

Ante su comentario, dos ideas cruzaron por mi mente, la primera de ellas fue en relación a su comentario “que me enseñe cómo debo comer” siendo una mujer de 55 años quien según estadísticas sobrepasa la mitad de su esperanza de vida, me dice que ¡no sabe comer! O sea que ha sobrevivido más de 50 años ¡sin saber comer! Ahora, aunque esto suene absurdo, es un hecho real y bastante frecuente, porque, ¿Cuántos de nosotros sabemos cuántas calorías debemos ingerir diariamente para mantener un peso sano? ¿Qué porcentaje de cada nutriente debemos ingerir para mantener un sano equilibrio? ¿En qué alimentos están contenidos los diferentes nutrientes que necesitamos? ¿Qué combinaciones son favorables y cuáles son necesarias evitar para una correcta nutrición? ¿Qué raciones debemos manejar dependiendo de la hora del día? Y así podríamos continuar con más preguntas que nos harían ver que estamos como mi paciente de 55 años: no sabemos comer.

Si nosotros compramos un coche y no le damos el mantenimiento al motor con sus cambios de aceite y filtros cada que lo requiere de acuerdo al manual del fabricante, el motor se desgastará y se dañará antes de tiempo, su vida útil reducirá porque no sabemos cuándo hacerle su mantenimiento o no nos interesamos en realizarlo a tiempo, de la misma forma no debe de extrañarnos que nuestro cuerpo se deteriore y enferme de forma más frecuente y la vida promedio disminuya si no sabemos comer.

El segundo pensamiento fue en relación a su comentario “yo no quiero que me ponga a dieta” seguramente ella se imagina que “ponerse a dieta” es someterse a una tortura equivalente a la de un campo de concentración, esta es desgraciadamente la percepción en mayor o menor proporción  de “ponerse a dieta” sin embargo, este pensamiento no es del todo infundado, ya que existen propuestas de regímenes literalmente criminales que te ofrecen perdidas maravillosas las cuales nunca llegan o si llegan, no perduran, sin embargo ponerse a dieta es precisamente lo que esta mujer quería: enseñarse a comer, porque en el momento que sepas cuánto, qué, cómo, a qué hora debes comer, en ese momento te estarás “poniendo a dieta”.

Así que dos cosas son importantes de mencionar de acuerdo al comentario de mi paciente (quien al orientarla como me lo sugirió, ya la puse a dieta sin que lo sepa) primero, que sería recomendable invertir parte de nuestro tiempo en informarnos de fuentes serias sobre nuestra nutrición y segundo quitar de nuestra cabeza la idea que ponerse a dieta es un tormento, un castigo, sino por el contario es la forma correcta en que debemos alimentarnos.

Dr. Javier Gutiérrez Ornelas



1 comentario:

  1. Es muy interesante,¿Me podrías dar tu correo?
    Me gustaría hacerte algunas preguntas Doctor.
    Gracias.
    Atte. mabel

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