Si nos preguntamos: ¿qué es lo más importante para nosotros? seguramente contestemos, como la mayoría de las personas a las que se les plantea esta pregunta: MI SALUD.
Si nuestra siguiente pregunta es: ¿sabemos cómo combinar los alimentos para que nos aporten la cantidad necesaria de nutrientes para preservar nuestra salud? seguramente contestemos, como la mayoría de las personas a las que se les plantea esta pregunta: NO
Ahora bien, ¿Por qué si nuestra alimentación es lo más importante para preservar nuestra salud y nuestra salud es lo más importante para nosotros, no sabemos y en muchos de los casos, no nos interesa saber cómo comer correctamente para preservar dicha salud?
¿Dónde está el error apreciativo que demerita o menosprecia la importancia de un correcto y saludable comer? Simplemente porque no nos lo enseñaron, así de fácil, nadie en ningún momento nos enseñó de manera adecuada y entendible qué, cuánto y cómo deberíamos alimentarnos para preservar una salud envidiable, además nadie nos enseñó cuán importante es comer correctamente.
Tal vez digamos que lo sabemos, pero nuestro conocimiento del tema es tan ambiguo, tan difuso, que no tiene el sustento suficiente como para mantenerse firme ante las tentaciones de los siempre dañinos, pseudo-alimentos basura, que acaban por derrotar a nuestro débil conocimiento de la salud alimenticia.
Podemos enseguida preguntarnos; ¿mi alimentación principalmente se basa en lo que me gusta o en lo que me hace bien? Sin temor a equivocarme, basándose en las estadísticas, tendríamos que aceptar que la respuesta es la primera opción; no quiere decir esto que lo que nos hace bien o, dicho de otra manera, lo que preserva nuestra salud, no sea de buen sabor, sino que no sabemos qué es sano y qué no, ante tal desconocimiento, son los sentidos los que toman las riendas de lo que comeremos y así preferiremos los alimentos de sabores más fuertes, de olores mas penetrantes, de formas más apetecibles y generalmente estos alimentos son los más perjudiciales para nuestra salud.
Así que es muy importante que demos un giro en cuanto a la elección de nuestros alimentos, que sea nuestra mente, nuestra inteligencia, y no nuestros sentidos, la que empiece a controlar lo que nos llevamos a la boca, pues finalmente esa elección será en beneficio o perjuicio para nuestra salud y armonía.
Dr. Javier Gutiérrez Ornelas
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